Dame una señal para que te espere.
"Todavía creo que nuestro mejor diálogo ha sido el de las miradas. Las
palabras, consciente o inconscientemente, a menudo mienten, pero los
ojos nunca dejan de ser veraces. Si alguna vez he pretendido mentir a
alguien con la mirada, los párpados se me caen, bajan espontáneamente su
cortina protectora, y ahí se quedan hasta que yo y mis ojos recuperamos
la obligación de la verdad. Con las palabras todo es más complejo, pero
aún así, si las palabras tratan de engañar, los ojos suelen desmentir a
la boca."
Te escribo, porque te quiero.