Una calada honda, no hablo de tábaco. A tí te gusta más inspirar el humo de una moto, y a la vez espirar sueños.
Te admiro. Hace tiempo que ya no le das importancia a eso que hace la gente de hablar sin saber.
Das un paso, o dos, no lo sé , estoy segura que el suelo tiembla a tu lado. Tus zapatos te adelantan cada vez que fijas la mirada en el suelo y la vida te ha ido enseñando lo que de verdad te hace feliz.
Cuando las cosas pierden sentido, siempre sabes que palabra decir o qué hacer.
Me parece absurdo que te odien, pero tan real que te tenga envidia. Tan absurdo como las cosas de la vida. Cómo la cantidad de corazón que tienes, aunque a veces se lo des a la persona equivocada.
Has aprendido a no agachar la mirada, a valorarte , y a poner el mundo a tus pies.Otra calada honda, ya casi estás a la mitad de inspirar tu propia mota. Tu vida empieza a tener sentido, y cada vez la vida te ha hecho más fuerte.
No importa quién te odie, recuerda lo mucho que te queremos otros, por todos los que envidian el color de tus ojos.
Puedes dar tantos pasos como quieras, ya has aprendido a caminar con unos tacones de veinte centímetros, y no caerte, y eso no lo hace cualquiera.
Te subias sobre dos ruedas sabiendo que había momentos contados, que aquella complicidad se llenaba de imposibles.
Que despues de algún que otro disparo, uno te rozó, y el otro puso punto y final.
( No sabes cuántas son las razones que tengo para admirarte, casi tantas como para quererte).
Te has dejado las costillas, el cuerpo y el alma en cada asalto, siempre has sabido hasta donde llega la verdad, y con el tiempo hasta donde llegaba también la hipocresía.
Contigo he aprendido que a los momentos importantes no hace falta ponerle nombre, porque se llevan en las venas.
Si no os salen los planes, no le quitéis a ella esa sonrisa de la boca, porque al final de la partida , siempre perderá quien debe de perder.
Quizás mañana esa persona no pueda vivir sin ti, pero tienes a un montón de gente para agarrarte la mano y no dejarte que agaches la cabeza ni dos centímetros.
No puedo decirte que pasaba aquel 17 de Agosto de 1993, yo aún sólo tenía unos meses.
Sé que aquel día la suerte brillo al compás de tu corazón.
A tus veintiún años, has aprendido que la vida está llena de casualidades, que el mundo es muy pequeño, y que tu eres muy grande.
Con el tiempo, también has aprendido que hay emociones que no se controlan y calles que creías seguras, pero que están llenas de mentiras.
Que hay secretos donde menos lo esperas, y lágrimas en la calle más tranquila.
Existen los días cortos y los largos. Días que te mueres por vivir, y hay vidas que te mueres por volver a abrazar. Contigo he aprendido que la vida está para vivirla, y también me has enseñado que nunca se sabe si la persona con la que te cruzas una mañana tiene la respuesta a tu pregunta, o si tal vez os volveréis a cruzar.
En veintiún años has vivido demasiado, has madurado muy pronto, y has pasado tiempo en lugares triste. Ahí has visto ojos triste, risas con ganas , y miradas perdidas.
En tus múltiples viajes, habrás visto terminales de encuentros y despedidas. Canciones que recuerdan según el viaje. Te has dado cuenta que hay gente que sabe de donde viene , y gente que no sabe a dónde va.
Y hay canciones que recuerdan a ti , desde aquel 17 de Agosto de 1993.
Gente que te marca la vida, desde el minuto uno, (COMO TÚ).
Y que no me faltes nunca, mi pequeña sonrisa de confianza.
Mil gracias por encontrarme en este mundo tan pequeño.
Muy Feliz Cumpleaños Claudia. Por muchos más a tu lado.
Nunca olvides, que siempre tendrás mi mano donde estés, nunca olvides que te quiero.