Dicen que todo se puede recuperar, que todo vuelve menos el tiempo. Dicen que el tiempo es indefinible, rápido, que el tiempo no nos espera, aunque en ocasiones nos hace esperar, que el tiempo es lentitud, parar, miedo,correr. El tiempo es ese que olvida o ese que consigue engañarte. El tren que nunca queremos coger, por miedo a llegar, o por miedo a que en el siguiente andén que bajes , no vaya guiado por tu inicial.
El tiempo es querer romper los relojes, cuando meten prisa, cuando alcanzas la paz y la felicidad, cuando te alcanzas antes de caer en un precipicio, en un abismo. Antes de que colarme en tus párpados, y que me cuentes como vencimos la batalla al tiempo, las horas, el día , los meses, superamos tres años y miles de batallas.
El tiempo lleva el apellido de miedo, miedo de que dejen de estar tus ojos clavados en los míos, miedo a no tener eso. Miedo a la rapidez en la que me lleva la vida, o de que el tiempo pase demasiado lento, de no tener palabras para abordar tantos minutos, y que se
aparezcan silencios incómodos.
Dicen que el tiempo todo lo cura, y que lo que no cura lo entierra en el fondo de tu piel, he perdonado todo, y creo que aún puedo perdonar más; pero ¿y el tiempo?, el tiempo y tu indiferencia, ¿podrán conseguir perdonarte?