¿Te acuerdas de la primera carta que te escribí? Me gustaría que la recordaras, cuando la primera línea que te escribía no te desnudaba, pero te hablaba de madrugadas de septiembre. No sé cómo volví a pensar en eso esta noche. En los primeros besos buscados a tientas una tarde. En la primera noche tan deseada contigo, el primer mayo que habla de ropa en el suelo y de tu vida y la mía, que se volvieron una sin querer. Un calendario lleno de tardes, de música a oscuras, de bocadillos, de ir cuesta abajo por tu tripa a la derecha. Te escribo de películas que duraban diez minutos, porque nunca llegábamos al final de ellas y de amores que iban a durar para siempre. De besos de despedida en cinco segundos, o de cinco segundos que bastaron para separarnos. Historias que estarán siempre ahí aunque nunca vuelvan. Personas que fueron y que serán, aunque no de la misma manera. Maneras de vivir que pitaron fin de temporada en nuestras vidas. Maneras de vivir que nos cambiaron pero nunca nos reemplazaron.
Porque aunque vivas mil y una historias, siempre te acordarás de la primera que escribiste. Porque puedes perderte en un tejado, o en una boca equivocada. Puedes dejar pasar el tiempo y dejarte crecer las ganas, pero la vida no te va a esperar.
Porque te sigo buscando, y busco en ti eso de estar escritos el uno para el otro. Sigo buscando en ti el tener una carta dedicada al amor de su vida en el cajón de su mesita, pero esta noche no quiera dormir solo. Busco que ti que pases conmigo la página y escriba conmigo un principio nuevo.
Te espero aquí, cuesta abajo por tu tripa, a la derecha.
Ya sabes lo que dicen, quien te quiere, te busca. Ahora te toca a ti.
miércoles, 26 de junio de 2013
jueves, 13 de junio de 2013
Luna Lunera.
No es un buen día. Está empezando a llover. Las gotas golpean los cristales de mi venta, como si el cielo estallara en un llanto. Me gustaría llorar a mi también, sentarme a su lado, abrazarla. Dejarme abrazar. Contarle que el mundo también es gris al otro lado de mis párpados, y que me siento muy perdida.
Tan perdida como cuando me conociste hace tres años, cuando estaba perdida de verdad. O incluso más.
Pero no está siendo un buen día, ni una buena semana, ni un buen mes. Llueve, y no tengo gafas de sol, a pesar de estar sentada en la cama desde hace más de media hora. Así que le miento. Diré que todo va bien. La universidad, que sacaré alguna matrícula, y que siento que es lo que quiero hacer. Miento.
Y me siento perdida, y más sola que nunca.
No es un buen día desde esta triste habitación.
Fuera, llueve y llorando sigue la ciudad de cristal.
domingo, 2 de junio de 2013
ESTOY PERDIDA SIN TUS OJOS.
Sólo queda el último apretón y los últimos cafés de máquina a las nueve de la mañana. No sé si seguirán existiendo esos días llenos de amor en aquella cama con sábanas rojas. No sé si seguirás hasta tarde en vela, y teniendo que madrugar al día siguiente, o si seguirás fumando mientras mira por la ventana.
Lo que si sé, es que esta historia está a la mitad. Que nos quedan demasiadas cosas por vivir.He visto como evolucionan las personas, como tropiezan, como conocen al amor y se alejan del ruido. Como pasan los inviernos y se abandonan las primaveras, como cambia el tráfico de la calle y como cambias tú.
He arrancado los tres meses del calendario que te noto tan lejos y he perdido el interés por cada chico que ha intentado conocerme. He dejado el mes de Mayo en un cajón y he llegado a la conclusión de que no sirve de nada sin ti.He aprendido que las personas no cambian, sólo se equivocan y aprenden. Sólo queda un mes de biblioteca y de querer más que nunca a quién de verdad se merece que le quieran. Parece que fue ayer cuando me subí a aquel taxi.
QUE TE ECHO DE MENOS.
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