Me cuesta mucho escribirte desde que sé que me lees.
Pero qué puedo hacer, si es algo que necesito. Ya ves, no
siempre me va tan bien. Sigo teniendo mis días malos, como todo el
mundo, quizá tengo más días malos que buenos. Días de esos en los que hubiera sido mejor no levantarte de la
cama, de esos que te borran la sonrisa y en los que solo quieres darte
de ostias con el mundo. Días en los que parece que todo está del revés y
que nada tiene sentido, en los que el gris del cielo contagia tu estado
de ánimo y, de pronto, se oye una risa que se parece a la tuya.
Son días de esos en los que necesitas a ese alguien que te escuche, que
te abrace y te diga que todo va a salir bien; a esa mano que te acaricie
el pelo y esos labios que te besen, muy despacio; a esos ojos que te
miren como tú necesitas que te miren y esa sonrisa que sea luz.
Días en los que te hubiera necesitado a ti. Y lo digo en pasado, porque
eso es lo que somos: dos desconocidos con un pasado en común. Y ahora
que ya no sé necesitarte me siento perdida, porque no sé a quién pedirle
que me cure de esta angustia. Quizá ahí fuera haya alguien dispuesto a escucharme , a darme cariño, a abrazarme fuerte.Quizá haya alguien que pueda hacerme sonreír con solo una mirada. Pero sé que no hay nadie ahí fuera que me pueda dar todas esas cosas a la vez, y a decir no quiero que la haya.
Puedes pensar que te echo de menos, puede que parezca que soy feliz, que sonrío, pero en realidad tengo el corazón cansado de tu indiferencia.
Ya ves, aunque me cueste siempre te escribo a tí.
PD. cada día te siento más lejos de mí, con tu corazón ocupado por otra...mientras seguiré pensando en Mayo.