martes, 8 de diciembre de 2015

Y te encontré , y realmente me reencontré conmigo misma.

Como brillaban los ojos hace apenas unas horas, como me brillaban de llorar, y como me empezaron a brillar cuando te miraba. Era imposible no mirarte, con la luz que desprendes , sigues brillando y acogiéndome en tu aura para protegerme de todo y contra todos.

Los días malos , las situaciones parecidas, las vidas paralelas, caminos, daños, años y meses , pero al final del año; al final del año, siempre es tu mano la que me hace más fuerte, y es ahora la que más necesito, y como no, al final del camino, siempre has aparecido tú.

Nunca cambiará como consigues erizarme la piel, como consigues que sonría, que sonría de verdad. Y es ahora cuando me doy cuenta, de que me he pasado toda la vida perdida, y que las únicas veces que me encuentro es cuando tu te atreves a estar cerca mio.

Supiste encontrarme , supiste ser incondicional por encima de todo y todos, darme el equilibrio cuando sentía que me caía. Fue que parecía que no, pero al final sí. Lo tuviste todo de mi , desde el primer momento. ¡Y qué feliz me hiciste!.

Has sido el aire que me faltaba, los pulmones que estaban negros y tú con tu magia, volviste a dar color a mi vida. Era ahogarme en una duda, y que me dieras fuerza en un suspiro.
No lo tuvimos fácil, pero ha merecido la pena. Mirarse a los ojos y encontrar el lugar donde quieres estar siempre, y que el resto del mundo se vaya , porque te sobra todo y todos, porque sólo tu aliento me daba inspiración, que se pare el mundo, que no me hace falta estar en contacto con nadie que no seas tú.

Y ha llegado el momento. No importa el frío que haya fuera , no importa que situaciones suframos, saldremos adelante.Mano a mano. No necesitamos más , nunca lo necesitamos.
El empujón, el tomar otra decisión, tu magia, tus formas, tus manias, (has conseguido que me enamore hasta de tus manias, de tus reproches, de tus fobias...), me he enamorado de cada calada que das al cigarro, me he enamorado de tus sueños, y he querido hacerlos míos. Me he enamorado de ti, de todo lo que haces, y de todo lo que nos queda por hacer. Me he enamorado de principio a fin, y ¿Sabes lo mejor?, que ha pasado el tiempo, pero nada de eso ha cambiado. Y la ilusión, con la Esperanza, de que cada día puede ser un nuevo comienzo, y cada comienzo una nueva oportunidad para ser lo que siempre hemos querido ser. Ser contigo, ser para ti , no saber ser sin ti, porque estar contigo es sentir. 
Me salen las palabras solas, quizás es porque no supe decírtelas a tiempo, quizás porque nunca sabré decírtelas todas, y porque siempre me quedará mucho que contarte, que demostrarte. Será que va a ser verdad, que no existen fronteras, que no hay límites, que esto sobrepasa todo, y que no importa que nadie lo entienda, que eso ya da igual.
Y es verdad , "Qué el pasado sólo es como un día malo".Y cuando pasen los años, allí dónde me lleve la vida, sólo quiero llevarte conmigo. Ver con tus ojos, oler con tu nariz, y dormirme mientras me susurras que todo va a salir bien. Que no hacen falta apoyos, que nunca nos hicieron falta, que no necesitamos nada más , que tenemos motivos suficientes. 
Que no quiero perder más tiempo sin contarte , que la vida sin ti, me hace ser un poco más cobarde. 
Te he besado desde lejos, y por fin un poco más cerca. 
No importó el invierno, te volviste eterna,no perdimos la primavera, la recreaste en cada esquina. La razón y el corazón separaron los caminos, y el silencio hasta acompaña, silencio sí, si es contigo.

Y creyendo que la nostalgia solo era una palabra que utilizaba Sabina en sus canciones, me he dado cuenta que eras tú y era esa palabra la adecuada para definir que era lo que había perdido, lo que la vida me había quitado, lo que tanto añoraba, escrito cerca de una casa azul. Que la nostalgía era añorar todos y cada uno de tus abrazos, y todos los besos que no me has dado.
Y ahora sé que lo echo de menos, desde aquellos churros a las nueve de la mañana, o aquellas rosquillas que llevan tu nombre, que echo de menos hasta tu comisura manchada de café.
Y la nostalgia también es eso que extrañas, cuando no está tu mano para agarrarla a la hora de la siesta, cuando no encuentro tu cuerpo a oscuras enredado entre la ropa del armario, te veo de lejos,y... apareces.
No hay kilómetros que separen nuestro corazones,no hay caricias que se olviden, porque conseguí verte, aunque no estuvieras.
La vida es más bonita con una canción de fondo si se oye tu voz, con la mirada perdida, ahí también te veo, la magia que lanzas, los metros que me separan de tu cama. 

Nada es suficiente para separarme de ti, me sobran las ganas para sentirte cerca, y no puedo no quererte en la distancia, igual que te quiero cuando me abrazas.

Y hoy por fin, he dejado de estar algo ciega y asustada, no me ha hecho falta saltar al vacio. He encontrado tu mirada, las migas del bocadillo que te tomas, he encontrado tus caricias , tus te quieros, todo lo que extrañaba, y me he dado cuenta, que la nostalgia es aquello que me pasa cuando me faltas.

Yo que no sabía cómo se curaba la nostalgia , has llegado tú y me has llenado de magia. REPITO, magia. No puedes tener otro nombre.  Y que hasta la soledad es bonita, si es soledad estar contigo.



Te quiero.

lunes, 30 de noviembre de 2015

Rotos.

La ruptura.

"Sí, ese momento de tu vida en el que te sientes la persona más desgraciada del mundo, en el que piensas que no podría pasarte nada peor, que por qué Dios tuvo que señalarte a ti para que pasaras por esa experiencia tan traumática.

Cuando pensamos en una ruptura no podemos evitar imaginar a un chica con moño, con un pijama rosa de un conejito, comiendo helado frente al televisor mientras come una caja de helado gigante y llora viendo “El Guardaespaldas”, y más o menos es así. Pero claro, también depende de la chica.
 
Las rupturas pueden llevarse de muchas maneras, cada una lo lleva como puede, claro está. Para empezar están aquellas que lloran. Si, lloran y ya está. Ven una pareja besándose y lloran, escuchan una canción de amor y lloran, y todo ABSOLUTAMENTE todo les recuerda a su expareja. Cuando estás hablando con ellas tienes que pensar muy bien lo que dices. Intentas desviar la conversación hacia todo lo que no pueda relacionarse con el amor. Le cuentas que ayer fuiste a la universidad. Y te cuenta que él siempre iba a buscarla a la universidad y ahora va sola a casa. Asique cambias de tema completamente, y le cuentas que ayer comiste lentejas. Y te salta que a él le cantaban las lentejas. Le hablas de puertas, de palomas muertas en la carretera, de comida putrefacta en el frigorífico, y no sabes cómo pero siempre consigue relacionarlo con él. Asique te callas, le pones el hombro, y dejas que llore.

Están esas que se vuelven muy duras, y ante una conversación sobre temas amorosos son capaces de soltarte un tortazo y decirte que el amor no existe, y luego quemarse la lengua con un mechero. Porque son realmente duras. No puedes contarle nada de lo que hagas con tu pareja, porque se reirá de ti, te señalará como el mono de Padre de Familia, y te dirá que va a vomitarte arco iris en la cara. Y, por si acaso, tú te callas.

Otra posible reacción es la de darse a las fiestas y el alcohol. Está ese dicho tan feo de olvidar con la bebida, y cuando se ha bebido tres cubatas te mira sonriente y te dice “llevo tres”. Y entonces es cuando aparece ese icono del Wassap del muñequito con las gafas de sol. Sale todos los días que puede, se apuntaría a un bombardeo. Se levanta al día siguiente y no se acuerda de cómo ha llegado a casa, y le da igual. Porque ahora está soltera y no tiene que dar explicaciones a nadie, puede llevar las faldas tan cortas como quiera, y hacerse la línea del ojo hasta que le llegue a las orejas. Y en ese momento te preguntas con qué clase de tío ha estado saliendo tu amiga.

También está la cansina, la que no se rinde, la que se ha tomado demasiado en serio eso de que la esperanza es lo último que se pierde. Y se arrastra, se arrastra y se arrastra, y podrían concederle la categoría de reptil. Tú le explicas que está haciendo el ridículo, que él se está riendo de ella. Lo peor de todo es que te da la razón pero, adivina que hace de nuevo, se arrastra. Y le partirías los dientes, le darías un sillazo en la cara, pero nada de eso serviría, porque hasta que no lo entienda ella, no va a parar.

Y luego, como pack a este tipo de trastornos del comportamiento se pueden sumar dos cosas. O se vuelve totalmente una monja o, como decirlo suavemente, una guarrilla. Y en ambos casos la observas de lejos, desde la barra de la discoteca, y la ves por ahí haciendo cosas raras pero sólo mueves la cabeza de un lado a otro y susurras “pobrecilla”.
 
Pero, atención, porque después de la tormenta siempre llega la calma. Te olvidas de él, y te das cuenta de que estás mucho mejor así, que sólo perdiste el tiempo, que su novia de ahora es un seto mañanero, y blablabla. La vida vuelve a sonreírte. Y te das cuenta de lo ridícula que has sido, decides borrarla de tu mente para siempre, y sólo recurrir a ella para dar consejos a los demás. Porque otra cosa no, pero consejos tienes para aburrir. “Hazme caso a mí que yo he pasado por esto”.

Y así durante toda tu vida, en fases cíclicas hasta que finalmente te cansas de buscar al Príncipe Azul con el que te ha engañado Disney y te quedas con el que toca. FIN."